VERSOS
PRESENCIA
Estábamos
tan lejos, partidos,
Hurgando
por la calle, país desconocido
Un viaje que
fue triste, un viaje no elegido
Andar de tango inerte, tan grisáceo Argentino.
Dolíamos
la hora, punzante, interrogante
De
jugadas erróneas, de sueños difamados
Acá el
recuerdo firme, la vida irrelevante
Allá la patria,
el mármol, y un grupo de soldados.
Pensábamos
en nada, pero entendíamos todo
En un
truco macabro de estar y de no estar
Forzábamos
un rostro, una fecha, un tesoro
Y un cuento dibujaba el arte de no explicar.
Huimos
con lo puesto, sin tiempo para más
Un tren,
el pasaporte, y avión desesperado
Un micro
acorralado, el amigo fugaz
Un destino cualquiera que el mundo haya olvidado.
Éramos
más que tantos, de tantos fuimos miles
Miles de soledades
que no eran más que una
Nos
fuimos encontrando entre bares y luna
De gritos
y guitarras, de un exilio, febriles.
Entonces
el país cruzó todos los mares
Casi
celeste y blanca pintamos la Bastilla
Nos
llevamos la patria a todos los lugares
Siendo simples
soldados, de mate y de bombilla.
Alguien
nos dijo un día, las cosas más calmadas
Se hablaba
de política, de votos, de volver
Nosotros
figurábamos nuestra tierra arrasada
A la que
siempre se vuelve, como dijo Gardel.
Y
siendo tan del sur, nadie quiso
esperar
El viaje
de regreso, Argentina testaruda
Difícil
de entender, más difícil de olvidar
Corrimos, o volamos, perdiendo la cordura.
Aeropuerto.
Regreso. Viento sur, larga espera
Después
de tantos años, intacta nuestra esencia
Un tiempo
en laberinto, si el reloj lo supiera
Que acaso la bandera…extrañó nuestra presencia.
SOY DEUDOR
Hay alguien que me salvó la vida
Sin que yo lo notara, todavía
Hay alguien que me ha enseñado tanto
La paciencia, la ciencia, algún espanto.
Hay alguien que me mostró una hoja
En blanco, borrosa y prematura
Hay alguien que mi silencio aloja
Prudente, consciente, y con bravura.
Hay alguien que me conoce tanto
Que sabe que yo no me conozco
Hay alguien que descifra este canto
Que yo encuentro aburrido, parco y tanto.
Hay alguien que me golpeó temprano
Intrépido, voraz y a contramano
Hay alguien que incineró mi risa
Y me enseñó a vivir en la cornisa.
Hay alguien que me dio una palmada
Y destruyó mi insulsa candidez
Hay alguien que me ilustró la nada
La página, la tapa, la vejez.
Hay alguien que en el momento justo
Me regaló más tiempo, justo a tiempo
Hay un desconocido y soy injusto
Pero le debo más aire que al viento.
CERCA
Me siento cerca
De mi infancia y de mi muerte
De aquello que aún no sueño pero ya he abandonado
Me siento cerca Del amigo que se aleja sin siquiera una traición
Del que odia sin razón
Del que hace sin pasión
Me siento cerca
De los días que me faltan para sentirme muy lejos
De los jóvenes rabiosos y de los tediosos viejos
A medio camino
Me siento cerca de todo
Pero con casi nada en la mano
Una brújula gastada y confundida
Me siento cerca del día
A pesar de ser de noche
Me siento cerca del mapa que nadie va a dibujar
Me siento cerca y fugaz
Puedo ver todo tan cerca que ya no quiero mirar
Estoy cerca de callar
Por más que voy a gritar
Me siento cerca
Del amor que no conozco y que ya me ha rechazado
Cerca de haberlo buscado y muy lejos de haberlo hallado
Tan cerca me habrá pasado
Pero eso no se sabe
O por lo menos yo no sé
Me siento cerca
De lo bueno de haber sido pero que ya no seré
Me siento cerca de mañana, o de ahora mismo
Cerca de ya
Me siento cerca, de mi última oportunidad para sentirme cerca
De algo.
EXTREMO
A veces deseo
Llegar al extremo
E inundar el mundo
Con azufre y hielo
Mis oídos se rompen
Me cubro con manos
A nadie soporto
A la gente menos
A los hombres serios
A los noticieros
De todo me escapo
Todo lo incinero
Y una pluma estalla
O un cielo se calla
Las calles me arden
Bajo de las palmas
Y una bota rota
Escupe mi cara
Yo le escupo sangre
Y honda repugnancia
Y ahí se va otro día
Parezco muy serio
Casi convencido
Jovial divertido
Y nadie sospecha
Y nada sospecha
Ni el señor supremo…nadie lo imagina
Que estoy al extremo.
PERMANECER CALLADO
He dedicado gran parte de mis días
A no hacer nada
A permanecer callado
No entiendo cuando, la falta de osadía
Se volvió eterna, copiosa y agresiva.
Tuve derecho a permanecer callado
Y lo he ejercido con celo riguroso
No he dicho nada, ni bárbaro, ni hermoso
No he dicho basta, ni he dicho demasiado.
Las horas largas, los entes, he aceptado
Yo mismo he sido, un calco mal copiado
Repetí curvas, frases, y buenas tardes
Quemé mis ganas en fuegos que no arden.
He dedicado gran parte de mi tiempo
A no decirme si quiera una palabra
A no pensarme, a aceptar la macabra
Parodia extraña de un reloj que no apaña.
Estuve preso del silencio infinito
Contemplaciones letargo y parsimonia
Paralizado en páramo inaudito
Asistí inerte a mortal ceremonia.
No decir nada se parece a la muerte
Fría y distante, total aburrimiento
Permanecer y durar, estancamiento
Echar los días en manos de la suerte…
Tuve derecho a permanecer callado…
Y ahora no puedo ser más, que un mal hablado.
AGUJERO
Al final de mi barrio
Un agujero hediondo
Cobija linyeras varios
Harapientos y ordinarios
Sin estudios ni barbijo
Mal sentados, desprolijos
Dios ni bola por supuesto
Ni un mango de presupuesto
Al final de mi barrio
Un lupanar de gentuza
Se concentra junto a un fuego
Es una parodia o juego
Todos beben dedo a dedo
Paso lento con cuidado
Y los miro con cautela
Dios ni bola ni una vela
Paso largo y ya me alejo
Sin remedio sin escuela
Desde niño hasta ser viejo
Al final de mi barrio
Hubo siempre
Un agujero.
ÚLTIMAS PALABRAS
Si digo que diré algo
Seguro no diré nada
Porque mientras hablo y hablo
Nunca alcanza nada y nada.
Si digo que creo en algo
Seguro no creo en nada
Porque intento convencerme
Y no encuentro una palabra
Si me dan algo de tiempo
Para poder decir algo
No sé decir ni lo siento
Ni perdón, ni cuanto valgo.
Creo que mis últimas palabras
Serían tan inútiles como las primeras
En este mundo ya nadie habla con nadie
Y sin embargo, lo sigo intentando
Constantemente.
Desesperadamente
DESCONFIANZA
Los otros se ven duros
Certeros y metódicos
Los otros aseveran, aseguran
Se refuerzan convencidos
Son maduros, bien comidos
Los otros se ven buenos
Diligentes, casi amigos
Afirman y reafirman
Son sonrientes casi divos
Los otros nunca dudan
No se amargan, nunca temen
Son tan sólidos concretos
Los otros son un secreto.
Y yo no les creo.
Y no les creo.
Comentarios
Publicar un comentario